Alejandro E. Salazar Peñaloza(*)

José Rafael Hernández

Los argentinos celebramos el Día de la Tradición el 10 de noviembre, fecha en que se conmemora la muerte de José Hernández. Este hombre, de una gran pluma, protagonizó grandes debates en un momento donde la Argentina estaba en formación.

            La vida de José estuvo marcada por su espacio: el campo. Este espacio lo podemos definir como una antítesis con la ciudad, con sus características físicas y con sus personajes como también su léxico característico.

          

 

 

Chacra Pueyrredón, donde hoy funciona el Museo José Hernández.

Para conocer al autor debemos decir que Hernández nació en Pedriel, provincia de Buenos Aires en 1834. Criado por sus tíos, estudió en el Liceo Argentino en San Telmo. Por una enfermedad respiratoria, abandonó la ciudad y se trasladó al Camarones, una zona rural, donde sus padres trabajaban. Allí vivirá unos años y captará un mundo ajeno hasta aquel momento.  

            Su color político siempre estuvo del lado federal, participó en la Batalla de Casero (1852), Cepeda (1859) y Pavón (1861). Luego comenzó a trabajar en el Senado. En este tiempo encontró su pasión y su vida cercanas a las letras y al periodismo.

            La muerte de Vicente Ángel Peñaloza en 1863, lo motivó a escribir un libro biográfico homónimo, y es acá donde se refuerza su pelea con Domingo F. Sarmiento.

            Por su postura política, partió al exilio donde comenzó con los primeros tramos de la obra del Martín Fierro.

            La literatura se ha dedicado y dedica a analizar y re-visar esta obra que se la encuadra dentro de la literatura gauchesca. Es importante destacar que la obra nos ubica en el campo, como dije al principio, donde cuenta por medio de versos escritos desde un lenguaje cercano al gaucho y así va pintando sus aventuras y desventuras.

            El personaje principal es Martín Fierro, un gacho. Cabe aclarar que el término gaucho deriva de “guacho” que significa sin padre. En este sentido este personaje pervive en una soledad simbólica que hace a su esencia. Pero en esa vivencia, Martín entra en dos espacios fronterizos, por un lado el gaucho es un malviviente- un bandolero- o es un trabajador. Aquí aparece un estigma que lo lleva durante toda su vida.

            En este contexto de luchas, Martín, obligado por las leva forzosa termina en el ejército que debe partir a las luchas en las zona fronteriza contra el Indígena. Luego de un tiempo deserta de la milicia y en su retorno se encuentra con la dura realidad del abandono.

            Los relatos van pasando y contando las penurias del abandono, el maltrato, los abusos de las instituciones que en ese contexto ejercen sobre algunos sectores desprotegidos. Al terminar, Martín decide dejar todo y huir a la frontera. Allí encontrará, tal vez, el alivio y la comprensión.

………….

Y ya con estas noticias

 mi relación acabé;

 por ser ciertas las conté,

 todas las desgracias dichas:

es un telar de desdichas cada gaucho que usté ve

 

(El gaucho Martín Fierro)

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Fuentes consultada

 

Prof. Titular Cátedra Antropología Cultural- Dpto. Historia- FFHA- UNSJ (*)

 


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