Por Alejandro Salazar* 

El bandolerismo como proceso histórico, ocupa un lugar importante como fenómeno a estudiar, es que, por su magnitud y sus personajes logra ser un punto de partida para conocer espacios “negados por una Historia Tradicional” que solo habla de los grandes hombres y de los grandes hechos. 

A fin de comentar, definiremos a qué se le llama bandolerismo; este concepto es conocido como una reacción de grupos sociales olvidados que, desde la ilegalidad de sus acciones, protestan y actúan buscando mejorar su condición y sus necesidades. Este fenómeno se puede restacar desde la Edad Media, ya que estos personajes han sido relatados y descriptos en la literatura. 

La situación económica de la Argentina a finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX era bastante buena en términos macroeconómicos, esto favoreció a los sectores productivos terratenientes que crecían y las ganancias se acumulaban en pocas manos. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores, sobre todo en zonas rurales vivían en condiciones deplorables. Este contexto de desigualdad pone en juego a hombres que desde su necesidad comienzan a destacarse por su acción criminal, caracterizada por dirigirla a los sectores que concentran el poder económico. 

Segundo David Peralta, alias “Mate cosido”, fue el bandido más buscado de la Argentina

Mate Cosido o, mejor dicho, Segundo David Peralta había nacido en Tucumán para 1897, en una familia muy pobre, su apodo se debía a que tenía una cicatriz pronunciada en la frente. Desde joven se caracterizó por un carácter indómito. Si bien asistió a la escuela su fuerte no fue eso, trabajó en una imprenta. Según los antecedentes policiales, su primera vez en prisión fue en 1918 cuando realizó un hurto. 

Como todo forajido habitó diversas provincias: Chaco, Corrientes, Córdoba, siempre o casi siempre, la policía lo buscaba a veces por sus acciones y otras por el odio que le tenían. 

Pero la soledad nunca es buena, y menos si el peligro te acompaña, de esa forma logró armar una banda, junto a Antonio Rossi llamado el “Calabrés” y organizaron y ejecutaron una serie de robos en Chaco, un lugar que por las condiciones de trabajo y la pobreza generaba que muchos migrantes llegaran con sus ideologías y sus enojos. Este contexto, fue propicio para los bandidos. 

Los trenes y autos que surcaban los caminos provinciales, sobre todo en la Pampa, sufrían a Mate Cosido. La banda era imparable, además que había cómplices que cuidaban a este grupo, eran vistos como hombres de justicia que compartían su botín con los más necesitados. Durante aquella época el presidente Agustín P. Justo inaugura Gendarmería Nacional con el objetivo de poner un frente en las fronteras y detener a estos bandoleros. 

La Forestal

El robo a la Forestal, y su vinculación con Vailoretto (otro bandido), hacían de sus actos hazañas elogiables por todos, menos por el gobierno que de a poco pedía por su cabeza, que ya tenía precio de recompensa. Como era buscado, algunos aseguran que se escondió en Paraguay.  

Recompensa por su captura

En una balacera contra Gendarmería, recibió una herida en la cadera, pero logró escapar de las fuerzas que lo buscaban. Si bien la búsqueda siguió en Tucumán, no lo pudieron encontrar. Se cree que volvió a Paraguay, de él no se supo más, con apenas 43 años se convirtió en un ícono en Argentina: un Robín Hood. 

Nota de la época
Fotos: infobae

 

*Prof. Titular- Cátedra Antropología- FFHA-UNSJ

 

 

 

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