La iniciativa del Parque de la Biodiversidad de la Secretaría de Ambiente busca revitalizar las poblaciones locales de pejerrey, promover el turismo y garantizar una pesca responsable.
Durante la mañana del jueves 26 de septiembre, se realizó una siembra de 400 juveniles de pejerrey en estado reproductivo en el dique Punta Negra, en el marco de un operativo llevado a cabo por el personal de la Secretaría de Ambiente.
Los ejemplares, de entre 7 y 15 centímetros, fueron criados en las instalaciones del Parque con el objetivo de fortalecer las poblaciones locales de esta especie y mitigar el impacto de la pesca en la región.
De la siembra participaron el secretario de Ambiente, Federico Ríos, la directora de Ecología Urbana, Melisa Olivero y representantes de la Asociación de Pescadores y Seguridad Náutica.
El pejerrey, una especie clave para la pesca deportiva en la provincia, ya que no solo representa un incentivo para esta actividad, sino también una oportunidad para el desarrollo del turismo local. Aunque la especie no se encuentra amenazada, para la provincia es de gran importancia promover una pesca responsable, recordando a los pescadores que deben respetar los límites de captura establecidos. En el marco de la veda actual, se permite la captura de un máximo de tres ejemplares por pescador, únicamente los fines de semana y feriados, tal como estipula la normativa vigente en la Resolución N°337 SAyDS.
Esta siembra se realiza luego de la implementación de una serie de mejoras en las instalaciones del Parque de la Biodiversidad, a través de una detección de acciones de mejora y evaluación de virtudes, que permitan la repoblación de pejerrey en todos los espejos de agua de la provincia, además de transformar al Parque en una de las principales reproductoras de esta especie en el país, proveer de peces a privados y generar nuevas fuentes de trabajo en la provincia.
Un avance en la reproducción controlada del pejerrey
El proceso de reproducción de los pejerreyes en el Parque de la Biodiversidad ha incorporado técnicas avanzadas de origen japonés que optimizan la calidad del agua en las piletas de cría, ajustando salinidad y niveles de oxígeno para favorecer un desove natural. Las ovas recolectadas pasan por un sistema cerrado de incubación donde eclosionan en 12 a 14 días. Los alevines resultantes son trasladados a piletas de alimentación y luego a lagunas artificiales, hasta alcanzar entre 4 y 6 cm de longitud, momento en el cual son liberados en los embalses de la provincia.
Esta acción se alinea con el esfuerzo por mantener una pesca recreativa sostenible y garantizar la presencia del pejerrey en los principales cuerpos de agua de la región.