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A diez días del destape del escandaloso caso de la menor prostituida por su tía, que involucra por el momento al empresario Carlos Cassab y al dirigente social Roberto ‘Fido’ Galván, la presunta víctima declaró en Cámara Gesell y, a partir de ello, se desencadenó el protocolo de contención y atención que recibe del Estado, en el que intervienen médicos legistas, psicólogos y otros profesionales abocados a su recuperación. 

En ese marco, Tiempo de San Juan consultó con especialistas sobre el daño que sufren las víctimas de abuso sexual y si las consecuencias son irreversibles. La Asesora de Menores que representa a la adolescente perjudicada en la causa, Laura Romarión, se refirió al tema en líneas generales y destacó que la recuperación de una víctima depende de cada caso y de cuan grave haya sido el perjuicio. “Depende del hecho, de la víctima y del calvario al que haya sido sometida la víctima. Por eso, el enfoque debe ser específico para cada situación”, sostuvo.

Según indican los psicólogos especialistas, un abuso sexual produce una afectación en el psiquismo en desarrollo del menor, ya que su sexualidad no alcanzó la madurez necesaria. Ese perjuicio debe ser tratado de forma especializada, ya que si las consecuencias de un abuso no son abordadas, el deterioro de la psiquis se transpola a otros ámbitos de la vida. “El daño se puede ver a lo largo del tiempo”, indicaron. 

En el mejor de los casos, expresan que el daño no es irreversible y se puede recuperar, si se continúa con un sano desarrollo evolutivo, tanto en lo físico como en lo psíquico y sexual. En el peor de los casos, hay marcas que quedan para siempre y por eso, en algunas causas, se imputa a los responsables la corrupción de menores, calificación que agrava la pena.      

Respecto a su visible molestia con el tiempo que demoró que se produzca la prueba fundamental del caso, es decir la declaración de la niña en Cámara Gesell, la Asesora señaló que era fundamental no seguir estirando su padecimiento por lo que el proceso podía revictimizarla. Es que una de las defensas de los imputados recusó al juez en la segunda audiencia y el incidente significó un freno para el proceso. A otra que no le cayó nada bien eso fue a la fiscal Valentina Bucciarelli, quien apenas fue interrumpida la sesión manifestó que los derechos de la menor no estaban siendo respetados. 

“Se esperaba que declarara cuanto antes, para que contara una sola vez lo que vivió y después recibiera la contención necesaria. Si no ofrecen su versión, no se puede abordar a las víctimas antes”, explicó Romarión.

En el medio de la historia que conmociona a la opinión pública sanjuanina, después de haber denunciado pero antes de detallar su experiencia, la menor y su familia fueron blanco de amenazas telefónicas, al punto que el Ministerio Público debió ordenar custodia policial en el domicilio de los damnificados. 

Una vez que relató el hecho que la llevó hasta ANIVI, tal y como sucede en otros casos, inició un mecanismo para menguar el daño sufrido. En primer lugar es Salud Pública la entidad que acciona con la profilaxis, que representa un conjunto de medidas que se toman para proteger o preservar de las enfermedades venéreas que la víctima pudiera tener. “Médicos realizan estudios para determinar el daño físico que pudiera haber sufrido para luego ocuparse de su sanidad psíquica”, detalló. 

Así, la Asesoría de Menores que provee seguimiento psicológico no sólo para la víctima sino para toda su familia articula más tarde con Desarrollo Humano para ofrecer asistencia social, en caso de necesitarla. También se articula con el Ministerio de Educación para que el menor continúe con su escolarización y que su formación no se vea afectada. Además, interviene la Justicia de Familia que dispone medidas de supervisión del cumplimiento de las medidas determinadas. 

 

    

  

 

 

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Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar

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