Este es el segundo año que vivo una cuaresma tan dura, el año pasado estuve internado y el Diácono Guillermo Zapata fue a llevarme la comunión y me dijo allí entre enfermeras, soledad y sufrimiento: “esta es tu cuaresma, vivíla”. Y para mi no es casualidad que sea en este tiempo de temor y ansiedad que vivimos en la espera de la semana Santa que el Padre eterno nos dice: “aprovechen este tiempo que he permitido, para que se den cuenta de que Yo soy Dios, y ustedes son criaturas necesitadas de mi protección”.

Y si, el mundo se ha apartado de Dios buscando felicidad en cosas efímeras que nos deshumanizan y nos convierten a veces en seres peores que animales, inconscientes, salvajes y adúlteros porque hemos entronizado los dioses del poder, el placer y el tener…y hemos sentado en el trono preparado por Satanás al dios yo, queriendo reemplazar al Dios verdadero, creyendo que con toda la tecnología y avances científicos podemos sobrevivir sin El…Pensando y resolviendo que la Religión es una cosa inútil.

Dónde quedó la arrogancia!?… un pequeño bichíto nos tiene a todos metidos en nuestras casas, se acabaron los viajes, se acabó la diversión insulsa e inútil. El Señor dijo ¡Basta!!!…y permitió que sucediera esta catástrofe a nivel mundial, porque nada sucede sin que El lo quiera o lo permita.

¿Será para ver si despertamos y volvemos al camino correcto?…¿será para decirnos que es la última advertencia, y que ya no puede soportar más nuestra egoísta forma de vivir y conducir el mundo?

Saque ud. sus propias conclusiones, ahora que en nuestras casas metidos a la fuerza tenemos tiempo de meditar y rezar pidiendo sabiduría para discernir este signo.

Incluso a nosotros, los que siempre vamos a Misa, El nos ha apartado de su Altar y de sus sacerdotes, para que despertemos y valoremos lo que nos daba: la Eucaristía, el alimento de la vida eterna. Y que extrañemos ese pedacito de pan consagrado que nos une a Ntro. Señor Jesucristo y que a veces comulgamos y consumimos con absoluta superficialidad e indiferencia.

Gran lección nos está dando esta plaga.

Pueda ser que despierten los que tengamos que despertar y vuelvan a poner a la virgen y el crucifijo que sacaron de los hospitales, de las Escuelas con pretextos y leyes que promueven una falsa libertad.

Sigamos rogando al Señor para que detenga esta pandemia, porque así como El hace llover sobre malos y buenos, también los males que caen sobre nuestras culpas, afectan a niños, pobres e inocentes.

Hay que arrepentirse de corazón y suplicar a Nuestro Dios que se conmueve ante tanto dolor, y suplicarle todos y cada uno desde sus casas, con su familia que vamos a cambiar. El escucha al corazón arrepentido.

J.R. Millán

  • 31/03/2020

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