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Todos lo conocen como “El Payito” y no hay sanjuanino que no lo haya visto bailar en la calle, dando vueltas como un “trompito”. Sin embargo, nadie sabe nada de él, quizás porque nunca se molestaron por preguntarle. Los videos del “Payito” aparecen en las redes cada tanto y se lo pudo ver mirando el eclipse, paseando en la Difunta Correa y hasta bailando en una fiesta electrónica en la Hostería de Zonda. Se podría decir que el personaje ya forma parte del paisaje sanjuanino pero ¿Quién es realmente este hombre al que todos conocen como “El Payito”?

Su nombre real es Pablo Segundo Díaz, nació en el año 1970 y este 31 de mayo cumple 51 años, un número no menor si se tiene en cuenta que toda su vida estuvo signada por el abandono. Hoy, es su hermano Juan quien lo cuida, se preocupa por que coma y duerma todas las noches en una cama calentita.

“A él lo conoce todo el mundo, le hacen videos y todas esas cosas”, reconoció Juan en una entrevista exclusiva con Tiempo de San Juan. Es la primera vez que Juan Díaz se sienta a contar la historia de vida que los une a ambos. Él sabe que la estrella de la casa es Pablo y no le molesta, pero sí se pone triste cuando ve que en la calle le hacen burla o le quitan las poquitas cosas que tiene.

En una casita amarilla, del barrio Belgrano, en Rawson, justo atrás de la Escuela Alas Argentinas, viven El Payito y Juan. Ambos se mantienen con las pensiones por discapacidad que reciben y con los cursos que hace Juan, en los que se capacita para trabajar. Se podría decir que tienen una vida tranquila pero no siempre fue así y, por eso, cuidan celosamente la estabilidad que consiguieron, después de años de sufrimiento.

“Tuvimos la peor infancia, en el Nazario Benavídez”, cuenta Juan, al tiempo que Pablo, que participa de la entrevista, acota “Zonda, El Nazario”. Es un pasado difícil de olvidar para ambos, que terminaron en ese reformatorio luego del divorcio de sus padres.

“Hasta los 5 años vivimos acá, en esta casa con mi papá Paulo y mi mamá Nelly, después ellos se separaron y mi papá no podía hacerse cargo de nosotros. Se ve que alguien denunció y nos mandaron al Nazario. Solamente los que hemos vivido en ese lugar sabemos lo que se pasa”, recuerda Juan.

En ese reformatorio sanjuanino, junto a otros jóvenes que tuvieron problemas con la ley, vivieron El Payito y Juan, hasta que a los 12 años entraron a la escuela Braille, donde estudiaban y dormían.

“Yo a él lo dejo salir porque muchos años vivió el encierro, entonces lo dejo que sea libre. Aparte cuando le pido que se quede, llora como un niño”, relata Juan.

Para el terremoto, el techo de la habitación del Payito se desmoronó por completo. Él estaba solo, porque su hermano había salido a comprar pan y cuando llegó lo encontró llorando. “Él no tiene entendimiento, es como un niño”, comenta Juan. Es por eso que, a pesar de ser el más chico de los dos, siempre cuidó a su hermano.

“Yo en el Nazario tuve varios intentos de fuga porque es muy feo lo que yo vi y lo que yo viví en ese lugar. Además tenía que cuidarlo a él”, dice.

Todos los días, cuando se levanta, su hermano le dice “Te quiero mucho” y le da un abrazo para “darle el afecto que no tuvo”. Es justamente por esto que a Juan le molesta cuando a su hermano le hacen burla o le enseñan malas palabras en la calle.

“Él no sabe las palabras que le enseñan en la calle. Le enseñan malas palabras y él repite pero no sabe lo que significan”, asegura Juan.

Antes de las 10 de la mañana, Pablo sale de su casa, con rumbo desconocido. Casi siempre, termina en el centro y dice que lo que más le gusta es: “Bailar cuarteto, con los parlantes”.

Una vez, cuando salió con su famosa radio, un grupo de jóvenes se la robó y desde entonces sale con un celular viejito y auriculares, no lo sabe usar, pero es todo lo que necesita para escuchar sus temas de Trulalá, El Pelusa o algún clásico del “Monstruo” Sebastián.  

El cementerio, para ver a su papá, es otro de los lugares habituales que visita “El Payito” y cualquier negocio donde haya parlantes con un buen cuartetazo es suficiente para que pase una tarde haciendo lo que más le gusta: bailar. Cerca de las 20, ya es hora de volver a casa con su hermano que lo espera, como cada noche, para que le cuente todo lo que hizo. Un abrazo, una cenita y mañana será otro día.

SIETE COSAS QUE TENÉS QUE SABER PARA CONOCER AL PAYITO 

Edad: 50 años 

Cumpleaños: 31 de Mayo 

Comida Favorita: La Pizza, si es de La Regional mejor.

Radio Favorita: La Popu.

Mascota: Nerón, un perro que una vez lo mordió.

Música favorita: Trulalá, El Rey Pelusa, Sebastián y “el reventón”(reggaetón). 

Actividad favorita: Bailar y cantar.

 

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Fuente: https://www.tiempodesanjuan.com

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