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Gisela Abregó tiene 33 años y tuvo 7 hijas. La más chiquita, Alma Isabella, está por cumplir  un año y todavía espera que el presidente Alberto Fernández la reconozca como ahijada.

«Ella es la séptima hija mujer, nunca se comunicaron. Me llamaron de la Nación, diciéndome que se iban a volver a comunicar, pasó un año y nunca más lo hicieron», contó Gisela a Tiempo de San Juan.

Alma, según su mamá, «es una gordita muy traviesa de 12 kilos» y la regalona de sus hermanas más grandes. La mujer se separó hace tiempo y hoy mantiene a las niñas con la Asignación Universal y la cuota alimentaria que les pasa el padre pero su sueño es tener un trabajo.

Alma Isabella cumple un año este sábado. 

Las niñas son Yasmín de 17, Guadalupe de 12, Lourdes de 5, Giuliana de 4, Francesca de 3 y Alma Isabela de 1 año. Hay una niña más que hoy tendría 11 años pero que falleció a los 3 por una enfermedad al corazón. Gisela, habla de Pia como si todavía estuviera y asegura que siempre está presente entre sus hermanas.

Gisela y cinco de sus hijas: Lourdes, Alma (la ahijada presidencial), Giuliana, Yasmin y Francesca. 

«Yo cuando me llamaron lo único que les pedí fue trabajo, ellos me preguntaron qué necesitaba y sólo les pedí un trabajo para mantener a mis hijas», aseguró.

Este sábado, Alma cumple su primer añito y nada es como alguna vez Gisela lo soñó. Por la pandemia, lo pasarán encerrados en su casita del barrio 2541, de La Bebida, y porque además «la situación económica no acompaña para hacerle nada», expresó muy angustiada su mamá.

Sin embargo, las necesidades de sus hijas son muchas. Cuatro están en edad escolar, dos van a la primaria y dos a la secundaria, pero ninguna tiene computadora, ni celular para hacer las tareas cuando les toca una semana de virtualidad. «Nos manejamos con el único teléfono celular de la casa que es el mío, es una locura», explicó entre risas la mujer.

A esto, hay que sumar las necesidades de las nenas más chiquitas y, por supuesto, de Alma.

«A esta altura yo ya he perdido la esperanza de que el presidente la reconozca, aunque me gustaría», concluyó.

La Ley de Padrinazgo Presidencial

La ley que ampara a Gisela es la Ley de Padrinazgo Presidencial Nº 20.843. Se trata de una costumbre heredada de la tradición rusa y en Argentina se aplica desde 1974. 

Es que antiguamente la creencia decía que el séptimo hijo varón de una mujer se convertía en lobizón y la séptima hija mujer en bruja. Para romper con esa maldición, los zares rusos apadrinaban a los niños de estas familias y en Argentina, se heredó la tradición de apadrinar a estos niños. 

Que Alberto Fernández reconozca a Alma como ahijada, le daría beneficios como un aporte económico anual y una beca para que pueda estudiar desde la primaria hasta la universidad. 

 

 

 

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Fuente: https://www.tiempodesanjuan.com

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