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El financista que se declaró culpable de ser la cabeza de una las estafas piramidales más grande de la historia, este miércoles murió en una prisión federal de Estados Unidos a los 82 años, según confirmó una fuente allegada a The Associated Press, ya que sufría una enfermedad renal terminal y, con su solicitud de prisión domiciliaria rechazada, dio su último respiro tras las rejas.

Entre su enorme prontuario como estafador, digno de un rodaje de Hollywood (como lo es “The Wizard of Lies” o Mago de las mentiras en español), Madoff admitió haber estafado a miles de clientes por miles de millones de dólares en inversiones durante décadas, entre los cuales se encontraba un fondo de inversión del Arzobispado de San Juan, que fue víctima años atrás.

Tiempo de San Juan contaba en el año 2016 sobre el reporte de movimiento de los fondos en el exterior que el Arzobispado depositó primero en una cuenta en las Islas Caimán, luego en un banco de Miami y que le presentó en un informe a un grupo de religiosos preocupados por el destino de ese dinero, que constaba de una pérdida de U$S 223.151 como producto de una inversión con el mismísimo Madoff. Es decir, una pérdida de más de un tercio del depósito inicial que en el año 2000 fue de 635.000 dólares. 

Entre los capítulos del escándalo financiero que involucró a las máximas autoridades de la iglesia de San Juan, surgió interés de un grupo de sacerdotes en conocer qué pasó con esos fondos, un depósito dolarizado que acumuló la gestión de Monseñor Italo Di Stéfano en los años ’90 cuando estaba al frente del Arzobispado.

Las acusaciones también recayeron sobre el ex contador de la entidad Juan Brozina, señalado como presunto autor de una estafa en contra de la Iglesia local. Brozina por su parte, inculpó a Monseñor Alfonso Delgado como el responsable del pedido de ese dinero para pagar deudas propias, lo que nunca pudo comprobarse.

Fue así como quedó al descubierto cómo fue el manejo de esos más de 600.000 dólares que Di Stéfano colocó en el exterior en aquellos años, primero en la institución financiera 11517 de Grand Caimán que es Santander Internacional, luego a partir del 2001 en Santander Central Hispano de Bahamas porque se fusionaron las entidades, y finalmente a partir de 2004 y por orden de Delgado en el Santander Internacional Miami, donde permaneció lo que quedaba de saldo tras la estafa (menos de un tercio del total).

A más de 10 años del “mal negocio” con uno de los estafadores más importantes de la historia, el Arzobispado fue víctima de una mala maniobra. Las altas rentabilidades y la espalda de Madoff, fue el atractivo ideal para que la entidad religiosa sanjuanina pusiera sus inversiones en manos de la burbuja financiera que construyó este “iluminado gurú” de las finanzas en Wall Street.

El propio banco (Santender internacional Miami) prometió en su momento resarcir con 223.151 dólares al Arzobispado de San Juan recién en marzo de 2019 (hace dos años atrás), pero se desconoce si realmente pasó.

Madorff, el después de la caída de la gran mentira

Se nombró a un fideicomisario para recuperar los fondos, a veces demandando a los fondos de cobertura y otros grandes inversores que salieron adelante, y repartiendo esos ingresos entre las víctimas ya que defraudó a cientos de familias ricas estadounidenses y a muchos fondos de inversión, como fue también el caso del  Arzobispado de San Juan. La búsqueda de los activos de Madoff “ha desenterrado un laberinto de fondos, instituciones y entidades internacionales interrelacionados de complejidad y amplitud casi incomparables”, dijo dicho fideicomisario, Irving Picard, en un informe de 2009.

Madoff, ex presidente del mercado de valores Nasdaq, supo sostener un séquito de clientes de inversión, desde jubilados de Florida hasta celebridades como el reconocido director Steven Spielberg, el actor Kevin Bacon y el lanzador del Salón de la Fama Sandy Koufax. Pero su negocio de asesoría de inversiones de miles de millones de dólares fue expuesto en 2008 y acabó con las fortunas de la gente, arruinó organizaciones benéficas y fundaciones. Se volvió tan odiado que tuvo que usar un chaleco antibalas en la corte el día de su juicio en Nueva York en 2009.

“Le robó a los ricos. Robaba a los pobres. Robó desde el medio. No tenía valores “, dijo el ex inversionista Tom Fitzmaurice al juez en la sentencia. “Estafó a sus víctimas con su dinero para que él y su esposa pudieran vivir una vida de lujo increíble”.
Fue así que Denny Chin, juez de distrito de Estados Unidos no mostró piedad y sentenció a Madoff a un máximo de 150 años de prisión.

El juez emitió una orden de decomiso de 171 mil millones en junio de 2009 despojando a Madoff de todos sus bienes personales, incluidos bienes raíces, inversiones y 80 millones de dólares en activos que su esposa, Ruth, había afirmado que eran suyos.

Pero el escándalo no culminó solo en la pérdida de bienes materiales, ya que uno de sus hijos, Mark, se suicidó en 2010. Y el hermano de Madoff, Peter, quien ayudó a administrar el negocio, fue sentenciado a 10 años de prisión en 2012, a pesar de las afirmaciones de que no sabía nada sobre los actos ilícitos de su propio hermano.

Temprano en la mañana de hoy miércoles 14 de abril, murió en su celda de prisión por problemas de salud, sin familia, sin dinero, completamente solo. Bernie Madoff, será para siempre sinónimo de fraude financiero.

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Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar

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