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El martes 13 tiene mala fama en las culturas más diversas, desde tiempos inmemoriales y parece estar relacionado con creencias religiosas, mitológicas y leyendas históricas. En San Juan se cuentan varios mitos que han perdurado por años y en esta nota te resumimos los más resonantes. 

La casona de Libertador y Circunvalación

En Libertador y Lateral oeste de Circunvalación, a metros de Casa de Gobierno, una coqueta casa construida hace más de sesenta años es desde hace décadas el flanco de rumores. En esa esquina creció el mito: dicen los vecinos que un bebé murió y su madre quiso conservar el cuerpo, aunque tuvo que ser entregado ante el descubrimiento de las autoridades. La criatura siguió llorando por años. Ese sollozo aseguran todavía puede escucharse en ocasiones, al pasar por el lugar. 

Como todas las leyendas urbanas, queda reducida a eso únicamente. A punto tal que en la actualidad es la sede de un medio de comunicación que volvió a darle actividad al inmueble, durante años dormido ante la mirada temerosa de los transeúntes.

El hogar de la tejedora

Está abandonada. Tiene dos plantas y techo de tejas con desnivel. Rejas medianas. Un perímetro de árboles robustos le dan un aire tenebroso. Está ubicada calle Urquiza casi Pedro de Valdivia en Capital. En torno de esta propiedad se han tejido incontables historias. Por ejemplo, una que dice que una mujer madura sale a la luz de la luna a tejer como abuela que espera la llegada del heredero. Y un dato más, para dotar de mayor misterio a la leyenda: la señora no tiene brazos. 

Esa historia que se cuenta entre los creyentes de lo sobrenatural, habría tenido origen en la muerte de una mujer hace muchos años, de manera “poco clara”. Y su alma habría quedado como única moradora de esos muros.

La leyenda de la Pericana

Esta historia data del siglo XIX y hasta fue mencionada por Pedro Echagüe en sus escritos. En las siestas ardientes de San Juan los niños escapaban de sus casas para emprender la aventura de correr entre parrales, robarse la uva y jugar hasta entrada la tarde.

Una mujer de figura difícil de describir, según los relatos. Hablan de una cola con espinas y dientes largos y filosos. Un aspecto que infunde terror. Esa mujer se les aparecía entre los parrales a los avezados niños y los castigaba con un rebenque o amenazaba a punta de cuchillo.

La leyenda de la Pericana fue reproducida generación tras generación, para asustar a los chicos que se atrevían a desafiar el mandato paterno de dormir, religiosamente, la siesta.

Villicum, tierra de brujas

El cerro El Villicum, ubicado en Albardón, al igual que la zona de Pedernal (en Sarmiento), y las sierras de Zonda también, suelen ser el escenario de las historias más fantásticas sobre la práctica de lo oculto. Tierra de brujas. Mujeres de noche, pájaros de horrible graznido de día.

Los rastros de magia negra han sido hallados en la zona durante años. Algunas veces incluso, llegando a los medios de comunicación. Cruces de sal. Fotos. Alguna víscera animal. Objetos consumidos por el fuego, reducidos a cenizas.

El calabozo tenebroso

En la Comisaría 2° –según el relato de algunos policías que trabajaron allí- hay camas “que cambian de lugar solas” dentro de la habitación en donde descansan de a ratos quienes están de guardia por las noches. Contaron incluso haber escuchado gritos sin haber podido identificar a la persona que los emitió. Desgarrador y paralizante.

La luz mala

Es tal vez una de las leyendas más difundidas, incluso fuera de tierras cuyanas. Dice la gente de campo que esta luz aparece en la noche, que los persigue y que representa las almas en pena que vagan por los llanos. La explicación racional indica que es luminiscencia se produce por la descomposición de los restos de los animales. Pero para algunos que han tenido la oportunidad de verla, el argumento resulta poco satisfactorio.

La tejedora de dos agujas y ningún brazo

Hablan de una casa abandonada de dos plantas y techo de tejas con desnivel que emergen detrás de rejas medianas. En ese sitio rodeado de árboles robustos, dicen que aparece una tenebrosa mujer tejiendo sin manos. Supuestamente los extraños sucesos se dan en  calle Urquiza casi Pedro de Valdivia en Capital.

Dicen los relatores de cuentos que esa mujer una abuela que espera la llegada de alguien. Y teje mientras espera, pero con la particularidad de no tener brazos.

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Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar

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