Si hay un signo que caracteriza a estos tiempos que vivimos, es la confusión…la verdad parece haber quedado bajo los escombros de una época que mezcla todo como en el tango Cambalache.
Política, Religión, moda, cultura, todo ha caído bajo las garras profundas de Internet, que le da a sus usuarios la información que deseen, al instante y sin medir las consecuencias, y lo que más atrae al usuario eso es lo que se le propone.
¿Cómo medir esto, con que medida?,¿hasta que punto influye en nuestras actitudes?
Hay un cúmulo de información, imágenes, noticias, escraches, burlas, chistes, opiniones diferentes, mensajes subliminales de todo tipo… el que abre el móvil que lleva en el bolsillo, puede llenar su mente de cosas realmente buenas, o realmente terribles, y sin darse cuenta puede volcar a su vida todo un contenido que ha llenado su mente y su corazón de cosas que lo pueden llevar a vivir una realidad distorsionada de la verdad.
Yo hablo de una época que me ha adoptado, y que me fascina por las posibilidades que me ofrece de forma inmediata. Pero puedo comparar entre dos épocas la anterior a Internet y la que estoy viviendo, pero que hay de los que han nacido bajo el dominio de ésta época y que son hijos naturales de las computadoras. ¿Cómo se forman?, ¿Qué mentalidad tienen? Qué es la vida para ellos?…¿Quién y qué moral tiene el youtuber de la predilección de nuestros nietos?
¿se los manipula virtualmente a las personas, especialmente a los jóvenes? ¿Qué es la verdad en Internet???…una opinión más?, confusa y distorsionada?
Me asusta sobremanera una generación que se libera cada vez más cerca del libertinaje, sin importarle el daño que le hace a su alma y al medio que los rodea. Porque la vida es lo que hacemos de ella, porque en ella volcamos lo que hay en nuestro corazón. Instintos y deseos que ya no son malos, porque no está especificado por una autoridad que al pie diga: “este contenido puede inclinar su psicología hacia la pedofilia, o que son específicamente de su gusto, aunque moralmente sean perturbadores y dañinos para su vida familiar…etc”.
¿Qué profeta hará algo para clarificar lo que es bueno y lo que es malo?…Ven y oyen nuestros hijos y nietos a personas que son sinceras, y que advierten de los peligros? Tiene cabida Dios, el verdadero, en las páginas virtuales que leemos? Si, ya se, me va a decir que ya metí a Dios en esto, pero es que realmente necesitamos de la luz del Señor, para utilizar estos medios sin caer en errores terribles y una liberación moral que nos lleva a la destrucción como personas.
Nuestros niños y jóvenes pasan horas enteras, y no sabemos la mayoría de las veces que información está formando o deformando su mente, expresión de su alma.
Como todos los inventos del hombre, es un arma de doble filo, la podemos usar bien o mal, y las consecuencias ya se ven. Esperemos que los adultos tomemos conciencia y prestemos más atención a nuestros hijos.
J.R.Millán