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Las calles del centro sanjuanino están repletas de historia fascinantes que muchas veces quedan en el anonimato. Con el cambio arquitectónico que planteó el terremoto del ´44, varios espacios fueron modificados radicalmente y el paso del tiempo se encargó de hacer el resto. Ahora tal vez resulte difícil imaginar que la Plaza 25 de Mayo en un tiempo estuvo repleta de confiterías clásicas de estilo europeo, con teatros, cines y una vida social que giraba en torno a unas pocas cuadras. Además de la Catedral, estaba Casa de Gobierno y algunos estudios radiales donde pasan informativos, radioteatros y espectáculos con esplendorosas orquestas y artistas que llegaban de los diversos rincones de Argentina.
Gente de traje y vestidos largos saliendo a tomar algo, las paradas con taxis para los más adinerados y la posibilidad de ir a ver alguna figura conocida del arte a pocos metros, eran parte de las actividades culturales que se disfrutaban. Y en ese mundo, el auditorio de Radio Sarmiento, por entonces perteneciente a la Editorial Haynes que integró la Red Azul y Blanca de Emisoras Argentinas, era uno de los más importantes del país y de la vida cultural de San Juan.
Dichos estudios en la actualidad siguen existiendo, pero ya casi nadie los visita. Solamente el personal de mantenimiento de la radio que cada tanto camina por los pasillos repletos de polvo y los anchos muros que todavía guardan las historias de los años dorados de la radiofonía provincial. A niveles técnicos el auditorio de Radio Sarmiento es uno de los mejores del país por la calidad de los elementos de construcción que se emplearon. Con paredes gruesas, aisladas del sonido exterior y acustizadas para lograr parámetros óptimos. Sin embargo en la actualidad el auditorio se ha vuelto “poco rentable”, según contó el director de la emisora, Emilio Ventura a este diario. Y explicó que “aquí pasaron grandes figuras y cantidades de personas exorbitantes, pero hoy en día mantener esta estructura no tiene sentido. Ahora vos competís con emisoras que se hacen desde el fondo de una casa, o una habitación y tienen éxito”, cuenta mientras camina y señala un piano que solía utilizarse en la radio.
Cómo llegó la radio a San Juan
Hay versiones cruzadas de quienes fueron los pioneros de la trasmisión radial en el mundo, por eso nos inclinaremos a la más poética. Que sucedió un 27 de agosto de 1920, cuando un grupo de jóvenes entusiastas se subieron a la azotea del Teatro Colón con un equipo precario y trasmitieron un concierto de música clásica. Les decían “Los Locos de la Azotea” y en poco tiempo esa pasión también contagió a San Juan donde dos emisoras acapararon todo el mercado. Radio Colón y Radio Sarmiento, que por por entonces tenían nombres distintos a los de la actualidad.
En la provincia la primera trasmisión radial se dio un 14 de septiembre de 1923, cuando en forma de prueba se transmitió la pelea de boxeo entre Jack Dempsey y Ángel Firpo, que llegaba desde Buenos Aires a través de una radio a galena, que a su vez recibía la transmisión desde los Estados Unidos. Toda una sensación para el tiempo que hacemos referencia.
Esa radio se llamaba La Merced y era de un ingeniero de apellido Martínez, pero al poco tiempo cambió de dueños y pasó a ser de los hermanos Antonio y Laureano González, que la renombraron como Radio González e iniciaron las transmisiones continuas desde 1925. La emisora en ese tiempo se instaló en calle General Acha entre Rivadavia y Laprida. Y más adelante, en 1934, un empresario llamado Cándido Rodríguez Vila compró la radio y trasladó los estudios a calle Laprida, entre Mendoza y Entre Ríos.
Aquí comenzó una etapa de adelantos técnicos y se empezaron a sumar espectáculos artísticos en vivo. Él y su hermano José María tenían experiencia en la naciente industria mediática y juntos integraron la sociedad Cine y Teatros de Cuyo, además José era proveedor de películas.
Después de esas experiencias Vila cambió el nombre de Radio González por LV5 Radio Los Andes. Y en 1949, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, la emisora fue adquirida por la Editorial Haynes y pasó a integrar la Red Azul y Blanca de Emisoras Argentinas, con LRA Radio El Mundo a la cabeza.
Fue en esos años en los que la radio integró la cadena o permaneció intervenida durante los cuales se construye su espectacular edificio y su auditorio, lo que la transformó en una emisora poseedora de uno de los mejores estudios del país. Finalmente en 1962, ya fuera de la cadena, la radio recibió el nombre con el que la conocemos actualmente, Radio Sarmiento.
La radio fue no sólo un medio de información sino que también se constituyó en una alternativa válida para el entretenimiento familiar. Hacia la década de 1920, en que se iniciaron las transmisiones radiales en diferentes países del mundo, entre ellos Argentina, este medio gozó de una aceptación y difusión increíble. Rápidamente, el alto grado de penetración social alcanzado posteriormente por la radio durante la década del 40 y 50 la llevó a convertirse en el medio de difusión por excelencia.
En los años cuarenta y cincuenta el espectáculo auténticamente popular no fue visual sino auditivo ya que el reinado de este medio de difusión se manifestó a través de la presencia obligada de receptores en casi todos los hogares, como así también en lugares de reunión social. La radio se convirtió entonces en una presencia doméstica y cotidiana, revelándose como un verdadero medio de información pero a la vez, en un entretenimiento familiar.
Hoy en día muchos siguen debatiendo y afirmado que las radios como las conocemos tenderán a desaparecer por los avances de internet y otros medios de reproducción. Sin embargo, la realidad sigue indicando lo opuesto con los medios radiales más vigentes que nunca.